ETTA JAMES, la voz del alma
Murió ETTA JAMES, paradigma de las glorias y miserias de la música negra, icono del blues y otros géneros, una cantante única que podría haberlo cantado todo: su música superó cualquier tipo de categoría...
Sobre los escenarios desde 1954, la cantante mantuvo su dignidad hasta el final, en una carrera que incluyó blues, jazz y soul...
Fue una de las mejores vocalistas norteamericanas de todos los tiempos. Era dueña de una majestuosa y portentosa voz; y hasta el último momento, como demuestra en "The dreamer", su recientísimo y último disco, con una mezcla de garra y sutileza, y como siempre rebosando elegancia con su formidable presencia; hasta esta última grabación era aún capaz de enmendarle la plana a tantas divas chillonas que andan por ahí y que se han hecho famosas versionando sus canciones...
Además de tener una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood, fue ganadora de tres premios Grammy: en 1994, 2003 y 2004. Su último trabajo "The dreamer", se estrenó el 13 de noviembre del pasado año. Un dignísimo punto final a la carrera de esta portentosa vocalista, favorita eterna de quienes valoraban más la sinceridad y la autenticidad de los sonidos genuinamente negros que las cegadoras luces de neón del mercado.
Etta James tenía un carácter único y además era bajita, gordita, algo fea y, para colmo, negra: sus posibilidades de triunfar actualmente hubiesen sido prácticamente nulas.
Con cinco años ya era la niña prodigio del coro de la iglesia Baptista de su barrio en Los Ángeles, donde da sus primeros pasos como cantante y, como otras famosas voces negras, se inicia el gospel y el soul, que son sus estilos primerizos.
Pero Etta James era prodigiosa en su tono de voz y se trasladó a San Francisco en 1950, formando de inmediato un grupo con otras dos cantantes. Cuando tenía 14 años, presentó su primera audición con el director de orquesta Johnny Otis, quien la convierte en la vocalista de su banda. Allí estuvo hasta mediada la década de los sesenta, afianzando su poderío en el "Rhythm and Blues" con éxitos como "Good Rocking Daddy" o el excelente "Something's Got a Holdd On Me".
El sello "Chess" le ayudó a consolidarse con álbumes de calidad, como el grabado en 1961 titulado "At Last" o el grabado en 1968, para el mismo sello, titulado "Tell Mama", que fusionaba rock y gospel con arreglos increíbles, ritmos funk y coros de iglesia. El sencillo "Security" entró en los primeros 40 puestos de popularidad en 1968.
Tras el ocaso del "Rhythm and Blues", Etta James trató de mantenerse en la lista de éxitos versionando temas en los años '70 pero ni era su estilo ni tuvo fortuna en ese intento de encauzar su carrera en la música pop.
Su éxito profesional contrastaba con uno de sus demonios personales: su adicción a las drogas. "Trataba de ser interesante", dijo a AP en 1995, al explicar por qué probó la heroína. "Me iba de farra en Harlem y vi a Miles Davis y a todos los gatos del jazz", agregó. "En ese momento mis modelos a seguir eran drogadictos. Billie Holiday cantaba tan bien, pensaba que si era porque tomaba drogas. Eso era lo que pensaba cuando era joven. Quizá pensé que yo era una joven Billie Holiday, haciendo todo lo que eso implicaba".
Desde 1960 ya era una adicta y consumió su dinero y su voz casi llegando a destruir por completo su carrera. Le costó, por lo menos, 20 años superar ese problema. "Mis representantes sufrían, mi carrera estaba en la basura. La gente trataba de ayudarme pero yo sólo quería drogarme", escribió, sobre su adicción, en 1980.
Cuando logró controlarla, iba a pequeños clubs preguntando "¿Alguna vez ha escuchado a Etta James?" para que le permitieran cantar. Al final consiguió presentaciones regulares e incluso Elizabeth Taylor iba a verla.
En 1984 le pidieron que cantara el himno nacional en los Juegos Olímpicos de Los Angeles y así su carrera retomó su camino, aunque tuvo que volver a luchar contra nuevas adicciones al final de la década: a los analgésicos...
Las drogas no eran su único problema. Sufrió de obesidad durante muchos años e incluso a veces solía presentarse en una silla de ruedas, hasta que a comienzos de la década del 2000 le hicieron una cirugía y perdió 90 kilos.
A pesar de todo ello, esta magnifica cantante, poseedora de un tono de voz inmenso y de una fuerza escénica incomparable, recuperó a partir de la segunda mitad de la década de los '80 su antiguo esplendor y en 1994 grabó, para el sello "Private Music", un magnifico homenaje a la cantante Billie Holiday titulado "Mystery Lady" y el mismo año, en San Francisco, hizo un disco extraordinario en directo.
Etta siguió presentándose cuando tenía una edad bastante avanzada, en especial porque "At Last" le seguía dando las mayores ovaciones.
En la memoria de todos queda su imagen provocadora: rubia platino, rechoncha, extravagante, pero además tenía una voz maleable, arrolladora y profundamente emotiva. Era un huracán negro.
El primero de los éxitos de James, "The Wallflower" fue compuesto en 1955 por John Otis, su descubridor y "el padrino del Rythm and Blues" que, casualidades de la vida, falleció esta misma semana, tres días antes que la cantante: tenía 90 años y murió también en Los Ángeles.
ETTA JAMES falleció hoy viernes, a los 73 años, en California, víctima de una leucemia, aunque desde 2010 también venía luchando contra la hepatitis C y la demencia senil...
Con ella se va una de las últimas voces de ese gran sonido viejo que pobló la escena norteamericana desde los años cincuenta y que causó sensación en muchas generaciones de todos los tiempos posteriores...
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