24 octubre 2010

LEONARD BERNSTEIN, el gran comunicador

                       

       *Se cumplen 20 años de la muerte de mi admirado compositor y gran director de orquesta Leonard Bernstein y para conmemorar esta efeméride reproduzco aquí el artículo que escribí entonces y que me publicó el periódico EL DÍA, de Tenerife, el 24 de octubre de 1990...                                                            
Lorenzo López Carrillo, 14 OCT 2010



Leonard Bernstein, el gran comunicador


      El corazón de Leonard Bernstein ha dejado de sonar. Su pulso se detuvo en su apartamento de Manhattan, cuando la noche neoyorquina del domingo 14 de octubre se cernía sobre la Gran Manzana. Un paro cardíaco, provocado por una fuerte infección pulmonar, ponía fin a los 72 años de vida de este hombre juvenilmente visceral e impenitentemente vitalista.





      Apenas unos días antes, había anunciado su retirada como director de orquesta por problemas de salud y las palabras de despedida a su labor profesional se convertían al final en una trágica premonición y en un adiós definitivo.



      Ya en su último concierto, el pasado 19 de agosto, en el estado norteamericano de Massachusetts, donde nació en 1918, le faltaba al maestro su habitual energía desbordante. La fulgurante llama del apasionado y exuberante Bernstein, reconocida en su inconfundible manera de dirigir, por sus saltos, contorsiones y piruetas en el podio -del que, por cierto, se cayó varias veces- se estaba apagando.

Su vida se propagó como un incendio a múltiples facetas en su dedicación artística: pianista y director, pedagogo y compositor para teatro, cine…, ningún medio se le resistía a este anciano-niño prodigio y también desde la televisión supo llevar la música clásica a todos los hogares. La muerte de este genio norteamericano de la música es una lamentable pérdida no sólo para su país sino para el mundo entero.





UN JUDÍO ERRANTE

      Hijo de emigrantes judíos de origen ruso, Leonard Bernstein nació en Lawrence, en el estado norteamericano de Massachusetts. Su ascendencia y su fulminante ascensión desde su origen humilde no hicieron sino acrecentar la faceta mítica del músico convirtiéndole en un hijo del gran sueño americano.

El niño Leonard, con su madre Jennie y Samuel, su padre

      Pero Leonard había tenido una infancia difícil por su constitución débil y asmática, y por su carácter retraído en el ambiente familiar poco grato. El propio músico, siendo ya un artista reconocido, la recordaba así: “Me sentía terriblemente desgraciado antes de descubrir la música. Era un niño enfermizo y desdichado hasta que, repentinamente encontré mi mundo, me robustecí interiormente y cambió mi vida. El secreto es que había encontrado un universo en el que me sentía seguro: la música. Estaba protegido en su seno cuando me sumergía en ella sentado frente al piano”.


      Sus rápidos progresos en este instrumento se mostraban con una intuición musical extremada y un talento superior a lo normal, lo que hizo cambiar el poco apoyo que inicialmente su padre daba a sus estudios musicales y máxime al comprobar que la absoluta inclinación de Leonard por la Música no influía negativamente en su rendimiento escolar sino todo lo contrario, consiguiendo incluso ingresar en la Universidad de Harvard.



      Cuando Bernstein tenía tan sólo dieciséis años se produjo otro hecho decisivo para confirmarle que en su vocación el verdadero objetivo era la dirección de orquesta: se trataba de la retransmisión por radio de un concierto de la Orquesta Sinfónica de Boston dirigida por Serguei Koussevitzky interpretando “La Consagración de la Primavera” de Stravinsky, cuya audición le produjo una honda impresión.

Con el paso del tiempo, y siendo ya un excelente pianista, la nueva vocación de director de orquesta se afianzó debido a su contacto con las principales batutas -todas ellas europeas- de los centros musicales norteamericanos, como el propio Koussevitzky, Mitropoulos y Walter.



      Dimitri Mitropoulos orientó la carrera profesional de Bernstein cuando éste tenía veintiún años y el azar hizo que el joven Leonard, con tan sólo veinticinco años, sustituyera a Bruno Walter por enfermedad en la dirección de un concierto de la Orquesta Filarmónica de Nueva York, convirtiéndose así en el primer norteamericano en dirigir una prestigiosa orquesta en Estados Unidos.

Desde entonces su carrera ha sido imparable y su batuta ha guiado las mejores orquestas del mundo con el más variado repertorio.



ALEGRÍA y PASIÓN POR LA MÚSICA

      Brillante en su actividad polifacética, Leonard Bernstein fue también un versátil compositor, escribiendo musicales para el teatro de Broadway, como “Candide”, bandas sonoras para películas con las que muchos de nosotros hemos crecido, como “West Side Story”, sinfonías como “Kaddish”, “Jeremías” y “La edad de la ansiedad”, pasando por música para ballets o para su “Misa” en memoria del asesinado John Fitzgerald Kennedy.

          Bernstein inspiró a varias generaciones de músicos y fue una figura única en la música de este siglo. Algunos detractores le acusaron de frivolidad en muchas de sus composiciones, a lo que Bernstein respondía agudamente: “Me siento profundamente orgulloso de mi música frívola; ya sé que puede resultar una comparación pedante, pero autores como Mozart, Haydn o Schubert escribieron música maravillosamente frívola (serenatas, divertimentos, canciones) y me siento sinceramente feliz al unirme a esa pandilla..., aunque ellos lo hacen mejor que yo, claro”.



En sus propias palabras, también llegó a decir: “Independientemente de mi labor como profesional, ante todo soy un fanático aficionado de la música“.























Como artista auténtico y como hombre que supo de la lucha y del dolor, Lenny -como le llamaban sus amigos- tenía un toque mágico y se entregaba totalmente a lo que hacía con verdadera pasión.

Premiado y condecorado, pero sobre todo admirado en todo el mundo, utilizó su don musical para defender los derechos de los marginados, entre ellos los enfermos de SIDA a quienes pensaba dedicar su último concierto el próximo día 28 de octubre. No pudo ser, pero queda con nosotros el recuerdo de sus composiciones, de sus actuaciones tan espectaculares y sus participaciones en actos decisivos por la libertad: Bernstein dirigió la 9ª Sinfonía de Beethoven en Berlín para celebrar la caída del Muro.
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La Orquesta y el Coro estaban formados por miembros de los conjuntos de Alemania oriental y occidental (la Staatskapelle de Dresde, el coro infantil de la Filarmónica de Dresde y el Coro de la Radio de Berlín), simbolizando la unificación y la paz. También participaron músicos de Estados Unidos (New York Philharmonic), Reino Unido (London Symphony Orchestra), Francia (Orquesta de París), y la Unión Soviética (Mariinsky Theatre), representando el legado de un Berlín dividido y celebrando su reunificación.

Después del concierto, Leonard Bernstein fue hasta el Muro de Berlín, con cincel y martillo, para contribuir personalmente al derribo con sus propias manos, como vemos en esta fotografía histórica...




      Gracias a la música, Lenny encontró el camino a la eternidad. Entre nosotros deja un vacío irremplazable en nuestra vida artística y espiritual; un vacío que de ahora en adelante sólo podrá llenar (y que sería de nosotros si así no fuese) la música de sus discos. Adiós Lenny, adiós maestro, y gracias...

Lorenzo López Carrillo
Publicado en la página de CULTURA
del periódico "EL DÍA", Tenerife, 24 OCT 1990
*hoy hace justo 20 años































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FOTOGALERÍA


















































Leonard Bernstein with members of the Ex-Concentration Camp Orchestra, May, 1948, Munich, Germany
© Credit Gift of Henny Durmashkin Gurko, Museum of Jewish Heritage, NY
















































































3 comentarios:

  1. INTENSIDAD y PASIÓN, son dos palabras que creo que encajan con Bernstein. Mi primer conocimiento sobre él fue a través de West Side Story, cuya banda sonora creo haber oído en casa (tú la traerías, supongo)antes de ver la película,siendo aún niña y sin mucho conocimiento y criterio para muchas cosas.
    Ahora me ha venido a la memoria que justo por ésta misma fecha en que fallecía el músico y tú escribías esta crítica para el Día, yo empezaba una nueva aventura...mi trabajo. ¡Uf, parece que fue ayer!

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  2. Qué bueno el artículo, y qué fotos tan interesantes. Me han encantado. Un abrazo, Lorenzo, y enhorabuena por tu blog!!

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  3. Fermín Hernández González27 de noviembre de 2010, 12:19

    PRECIOSO Y PRECIADO ARTÍCULO, LORENZO.
    MUCHAS GRACIAS...

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