25 septiembre 2011

"EL ÁRBOL DE LA VIDA"

"EL ÁRBOL DE LA VIDA"


Hola... ¿hay alguien por ahí, leyendo este blog...? Me parece a mí que hay poca gente. Bueno, eso a veces es una ventaja; por ejemplo: acabo de llegar a casa de ver una película en el cine, algo que no hago frecuentemente, precisamente porque demasiada gente no es compatible para mí con el disfrute de una película; ya saben: ruido de paquetes de papas fritas o palomitas, comentarios en voz alta que molestan y ni siquiera vienen a cuento, en fin... etc, etc...




Aún así, en el típico aforo de una de estas salas de multicines, con sólo una veintena de personas como las que había esta noche no hay muchas posibilidades de que a uno lo molesten y decido acudir a ellas cuando preveo que la asistencia de público es inversamente proporcional a la calidad de la película y así estoy más tranquilo. Sólo me inquietaba ver entrar a esta veintena de personas con grandes vasos de palomitas y tuve la certeza de que se equivocaban totalmente al meterse en esta sala; y así fue, por los comentarios que escuché al final y porque observé que unos cuantos se marchaban a la mitad de la proyección... 



Terrence Malick
Y es que "EL ÁRBOL DE LA VIDA" (Palma de Oro en Cannes 2011), la inmensa película que tan valientemente nos presenta el misterioso cineasta Terrence Malick, es una gloriosa experiencia cinematográfica, cuando menos inquietante y humana, sorprendente y emocionante, una avasalladora disertación visual sobre el alma humana que no deja indiferente a nadie y que, además de una sinfonía sensorial sobre el amor y la fe, sobre todo es una búsqueda que nos hace asomar, con sobrecogimiento y asombro, al sentido de nuestra existencia, desde lo más íntimo hasta lo cósmico, persiguiendo la respuesta de un Dios que siempre guarda silencio...


Pero la mayoría de la gente, acostumbrada a las películas comerciales de los últimos años, basadas sólo en los efectos especiales y en guiones de acción trepidante que han "embrutecido" su cerebro, eso les impide ya reflexionar sobre muy buenas y trascendentes películas como ésta.




Al ver esta película espectador "tiene" que PENSAR y eso para muchos es demasiado; y encima no se van a gastar 7 € en tener que pensar durante dos horas y media, si no están acostumbrados a hacerlo en su propia vida. Se ha llegado al punto de que unos cines catalanes regalan otra entrada al público que abandone la proyección...









Pero curiosamente, esta compleja película conquistó en su primera semana el número uno de la taquilla, aun siendo la que está con menos copias (sólo 155) en exhibición de las 10 primeras de la lista, y eso que el público español, o al menos la taquilla de los cines españoles, no es muy dado a aventuras radicales cinematográficas. Es una de las mejores medias por copia de los últimos años...


Sean Penn, Jessica Chastain y Brad Pitt en el estreno en Cannes de 'El árbol de la vida' 


Seguramente se deba a la presencia en ella de dos estrellas de Hollywood como son Brad Pitt y Sean Penn, aunque éste último, descontento porque el director recortara su papel en la sala de montaje, injustamente llegase a declarar:


"No podía encontrar en la pantalla toda la emoción que sentí al leer el guión, el mejor que he leído en mi vida. Una narración más transparente y convencional hubiese beneficiado, en mi opinión, a la película sin quitarle belleza ni impacto visual. Francamente, ¡todavía estoy intentando averiguar qué estoy haciendo yo allí y qué puedo aportar a todo el contexto! Inclusive, el mismo Terry Malick nunca se las apañó para explicármelo todo con claridad."

Terrence Malick sólo ha hecho cinco películas en casi cuarenta años de carrera y, precisamente ahora, ha finalizado el rodaje de la sexta, que está en fase de postproducción.
"El árbol de la vida", su último film estrenado, la película evento que todos los cinéfilos llevan esperando desde hace un lustro, le llevó seis años de trabajo y en Cannes los esperaban para el 2010. Malick hizo esperar un año más al festival sólo para realizar algunos últimos retoques visuales. Por fin, en este 2011, llegó, con su película, al Festival de Cine de Cannes de incógnito y prácticamente nadie lo vio, pues siempre evita aparecer en público, ser fotografiado o dar entrevistas.


"El árbol de la vida", tras unos pocos minutos transcurridos en los que se presenta a una familia estadounidense de los años 50 que ha sufrido una irreparable pérdida, nos sumerge en una fascinante digresión, no esperada, sobre el origen de la vida, desde las partículas existentes en el principio de los tiempos que, repartidas por el espacio infinito, van creando poco a poco galaxias y planetas, y de cómo va surgiendo vida, mucho más tarde, en el planeta Tierra, comenzando en el mar. 







La película sigue el viaje de la vida, contándonos luego la experiencia del hijo mayor de esa familia de clase media, Jack, desde la inocencia de su infancia hasta la desilusión de sus años como adulto mientras trata de reconciliar la complicada relación que tiene con su padre (Brad Pitt). Jack (interpretado por Sean Penn en su edad adulta) se ve una alma perdida en un mundo moderno, buscando respuestas a los orígenes y al sentido de la vida mientras se cuestiona la existencia de la fe.




Y con un punto autobiográfico que el director no se molesta para nada en enmascarar: en Waco (Texas), su ciudad natal, ocurre todo. Es allí donde se inicia esta heterodoxa película, con el dolor de una familia, los O´Brien, ante la pérdida de uno de sus hijos.





"Lo que Dios te da, Dios te lo quita", es una de las frases más repetidas en los primeros minutos, una máxima de resignación que despierta múltiples preguntas, las mismas preguntas que se debió hacer Malick cuando perdió a su hermano. Él también era el mayor de tres hermanos. Uno de ellos se suicidó con 19 años, la misma edad en la que muere el hermano mediano de la película, al ver que no progresaba su carrera como guitarrista. El niño que muere en la cinta también tocaba la guitarra.




"El árbol de la vida" tiene toda la pinta de ser la película que Malick quiso filmar desde que arrancó su carrera como director en 1973 con "Malas tierras"...



El cine de Malick siempre ha gozado de denominadores comunes que en "El árbol de la vida" se aprecian quizá más que en otras películas suyas. No utiliza un esquema que podríamos denominar clásico y que convertiría a este film en un melodrama común. En vez de eso, utiliza los recursos más puros y esenciales del cine como vehículo para transmitir emociones y sensaciones. Se sirve únicamente del poder de la imagen para hilvanar su narración y por eso apenas necesita diálogos, que suelen ser "en off" y, dicho sea de paso, necesarios para transmitir los pensamientos de los personajes.




En esta película asistimos a una espiral de imágenes que discurren en un estilo preciosista y alambicado, una tras otra, en las que sin un orden riguroso de lo que sería un montaje tradicional (otra característica de su cine) podemos ver algo así como diferentes aspectos de la vida: un recién nacido con un pie tan pequeño que cabe en la palma de la mano de su padre (Brad Pitt), imágenes de árboles y del cielo, niños descubriendo la vida a través del juego, entre los que se insertan planos de montañas, cataratas, playas...


Todo forma parte de lo mismo y los seres humanos somos una ínfima parte de un vasto mosaico que en su totalidad denominamos Universo, o lo que es lo mismo, según Malick: Vida.






"El árbol de la vida" se puede calificar como una experiencia cinematográfica única y aceptarla como un regalo, como hace Malick con la vida. Es una película para dejarse llevar y dar rienda suelta a nuestros más recónditos sentimientos y pasiones.


  * Para reproducir la banda sonora, hacer click en el triángulo del PLAY y subir el volumen...


Todo ello envuelto en una banda sonora con piezas musicales tan grandiosas como cautivadoras, intercalando reconocidas obras de la música clásica entre la hermosa partitura original, cuya composición Malick encomendó al cuatro veces nominado al Oscar, Alexandre Desplat.


Lo más asombroso que se descubre en esta película es el poder sin límites del cine en manos de su director. De sus bellísimas imágenes se desprende un arte que parece nuevo, como si acabara de inventarse. Terrence Malick exprime cada plano a su antojo para devolver al cine su definición de historia contada en imágenes. Esto puede sonar a obviedad, pero el cine en estado puro que es creado por Malick, no sólo no está al alcance de cualquiera, sino que está en vías de extinción.  



Durante el rodaje de esta película, Malick va captando lo que pasa cada día, filmando con luz natural. Sus protagonistas viven casi siempre en el exterior, en una naturaleza que los acoge, pero también los separa. Él está siempre a la caza de los felices "accidentes" que puedan ocurrir, como que una mariposa revolotee entre las manos de la actriz de reparto, escena que podemos contemplar en la película (y que te muestro en el fotograma de más abajo). Su manera de trabajar es vivir el momento en el rodaje, sin planificar el futuro de forma muy concreta. Así ve también la vida Terrence Malick.



Pero poco se conoce sobre su vida, sobre la suya propia: como todo gran artista, sus obras hablan por él. Por las venas de este cineasta taciturno de 68 años corren la singularidad de su personal visión de las cosas, su fascinación por la naturaleza y las recurrentes preguntas sobre lo que significa estar en el mundo. Y no hay muchos que hayan filmado tan poco en cuatro décadas de carrera -apenas cinco películas contemplativas y atípicas- y hayan llegado a cotas tan altas de expresividad, fuerza y profundidad.



Que Malick sea un cineasta o un filósofo es algo que tal vez ni siquiera él mismo sabe muy bien. En "El árbol de la vida" se permite divagar sobre el origen del universo a través de imágenes de estrellas y de células; incluso hay una larga secuencia con dinosaurios. Pero subidos ya al grandioso árbol de Malick... ¡hay tanto en qué pensar...!









                                                     
    * Para reproducir el tráiler, hacer click en el triángulo del PLAY y subir el volumen...


Para los que quieran, o incluso les guste, enfrentarse a lo que esta película tan sólo quiere proponer, dejando que seas tú quien complete su significado, "El árbol de la vida" es absolutamente recomendable: un bello tratado audiovisual que se dirige al centro de las emociones, una película en la que no se puede dejar de pensar durante días, una experiencia quizá no perfecta, pero sí única...

Lorenzo López Carrillo
La Orotava, Tenerife
madrugada del 24 al 25 SEP 2011


"Si no sabes amar, tu vida pasará como un destello..."


* A continuación puedes ver algunas secuencias de la película en diferentes clips que la propia productora ha publicado en Internet...









2 comentarios:

  1. ESTRELLA ESCOBAR LUIS25 de septiembre de 2011, 23:59

    "Si no sabes amar, tu vida pasará como un destello..."
    Muy cierto! El amor mueve el mundo y nos hace sentirnos mejores.
    Estoy segura de que todos necesitamos amar y que nos amen.
    Entonces... ¿por qué nos comportamos así, acaso nos da vergüenza el tener estos sentimientos, el necesitar y dar amor?
    Les recomiendo que vean esta película y luego opinen.
    A mí aún me escuecen los ojos de lo tanto que lloré; me llegó muy fuerte. Muchos sentimientos afloraron en mí.
    Creo que fue, simplemente, "especial"

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  2. Una película inolvidable! Ezsencial, también imperfecta, como la vida misma....

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